
Vivió una vez un hombre aquí
que al correr de las horas,
inmóvil como piedra gris,
jamás echaba sombra.
Búhos hallaron nido en él
bajo lunas de invierno;
bajo estrellas de junio, a aquél
por muerto lo tuvieron.
Llegó una dama envuelta en gris
en el ocaso incierto:
fulgió por un instante allí,
trenzado en flor, su pelo.
Libre de encanto al fin brotó
despierto de la roca:
en carne y hueso la abrazó
fundiéndose en su sombra.
Ella no ha vuelto a caminar
bajo estrellas o soles:
habita la profundidad
donde no hay dia o noche.
Mas sólo un día al año, aquel
en que lo oculto brota,
danzan hasta el amanecer:
la misma sombra arrojan.
"Las aventuras de Tom Bombadil" "La Novia Sombra"
J.R.R. TOLKIEN